El leprosario

SI LUCHAS PUEDES PERDER.... PERO SI NO LUCHAS YA PERDISTE !!!!

julio 21, 2005

Bordas de hielo

Vengo a verte pasar todos los días, vaporcito encantado siempre lejos... Tus ojos son dos rubios capitanes; tu labio es un brevísimo pañuelo rojo que ondea en un adiós de sangre! Vengo a verte pasar; hasta que un día, embriagada de tiempo y de crueldad, vaporcito encantado siempre lejos, la estrella de la tarde partirá! Las jarcias; vientos que traicionan; vientos de mujer que pasó! Tus fríos capitanes darán orden; y quien habrá partido seré yo... La composición pertenece a César Vallejo uno de los mejores poetas latinoamericanos de la primera mitad del siglo XX. En su sencillez, este poema es uno de los mejores según mi gusto. La linda metáfora entre la mujer y el navío, entre el gozo de amor que dicha visión le causa, y el fin que todo hasta lo más hermoso tiene, serían elementos distintivos que le caracterizarían. El poeta se mueve en un círculo, pero no es un círculo perfecto o petrificado, sino un círculo que se romperá. Un círculo que no se ha roto, pero sabe que se romperá, el halo de melancolía en esta reflexión implícita es evidente. El placer en esta ensoñación es también parte del contexto: verla siempre lejos, y volverla a ver, no hay ni siquiera un anhelo de tenerla, sino es el placer místico de llenarse a través de un sólo sentido: el de la vista contemplándola. Vengo a verte pasar; hasta que un día,/ embriagada de tiempo y de crueldad,/ vaporcito encantado siempre lejos,/ la estrella de la tarde partirá/. Aquí, podemos pensar que es el tiempo quien al parecer atenta contra el poeta y su motivo, pero también puede sugerir, que al cambiar las cosas, cambiará su parecer sobre lo que le parecía hermoso y emotivo. Es decir, invita a pensar que es él quien en última instancia decide dejar de pensar y dejar pasar la dicha momentánea en la que sus ojos se recrean. La relación entre el poeta y el tiempo, es quizá tan profunda como lo relación que establece con el objeto admirado. Dicha estrofa del poema estaría relacionada con la última parte, donde se rompe esa asociación extraña que él ha formado: Las jarcias; vientos que traicionan; vientos/ Las jarcias, partes de los aparejos y accesorios de la embarcación (y su consecuente similitud con los accesorios femeninos), el clima-momento que ya no es el mismo, entonces deviene la ruptura: Tus fríos capitanes darán orden;/ y quien habrá partido seré yo/ es ella quien decide partir, pero en realidad el poeta reconoce que quien ha creado el círculo ha sido él, siempre él, quien al fin es el que actúa, él a fin de cuentas es quien habrá partido.

3 Comments:

Blogger El leprosario said...

Ofrezco una disculpa al Maese Rencoria por no haber agregado un comentario que ya le había hecho a esta vaina.
P.D. Errar es de humanos, pero echarle la culpa a otros es más humano todavía

Hay tamos!!

6:15 p.m., julio 21, 2005  
Anonymous Anónimo said...

Pos móchese mi buen.

5:25 a.m., julio 22, 2005  
Blogger El leprosario said...

Ok, el comentario del M.R. fue:

"Ok. Pero difiero de tu visión idealizada de la poseía. Para mí, ésta es una puta, más bien, una mentira. El poeta escribe y le crece la nariz, como dijera el buen Luis Chaves. Salud, mi estimado amigo!!!!!!!"

9:50 a.m., julio 22, 2005  

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