El leprosario

SI LUCHAS PUEDES PERDER.... PERO SI NO LUCHAS YA PERDISTE !!!!

mayo 11, 2006

El tiempo

“Sabia virtud de conocer el tiempo...”, así tararea una canción; “el tiempo es oro”, reza un refrán... ¿A poco no es el tiempo lo más cañón que hay?, en primera, nadie es capaz de conocerlo. Todo lo que nos sucede se encuadra en dicha abstracción, pero lo más fascinante, es que es único, irrepetible y hace que todo cambie, o al menos eso concebimos de manera formal. Aquella concepción que nos presenta las cosas desde un punto de vista estático cuyo afán es su aprehensión olvida el cambio y movimiento que siempre ocurre y en última instancia diría Bergson, niega la libertad. Muchas culturas han creído que el tiempo es cíclico, es decir, que las cosas tienen un principio, un fin y un reinicio infinito. La tradición cristiana lo ha concebido lineal, hay un principio, un fin y ya. Fue Newton el que propuso que el tiempo como devenir, existía independientemente de las cosas y las personas, Kant por el contrario, creía que el tiempo era solo una invención humana que se proyectaba sobre el universo. Desde la física, Einstein ha propuesto que el tiempo es parte indisociable del espacio, e irónicamente a semejanza de Kant, también lo ha planteado como mera ilusión. El tiempo tiene las virtudes que Marx le veía al dinero y muchas más: convierte la selva en ciudades y en la antigüedad muchas ciudades las convirtió en selvas, los mares en glaciares y los glaciares en océanos, la pobreza en riqueza, el dolor en olvido, al joven en viejo, a la niña en adulta, al viejo en tierra, a la tierra en vida, a la energía en nada (según los físicos modernos, hay una fisura de energía, es decir, la famosa ley de la trasformación eterna de la energía, falla en un infinitésimo y se drena, como una gota de agua entre la dura roca). A su mecha diría una queridísima conocida, si eso es así, si la energía se pierde, y si el tiempo en tanto espacio es energía, tiempo y energía se fusionan y desaparecen ¿E-N-E-L-T-I-E-M-P-O ?????, ups, me acordé de la Pantera Rosa y su aspiradora que acaba absorbiéndolo todo, incluso absorbiéndose a sí misma.